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El Bicentenario de la Independencia debe convertise en una escuela para aprender de la rebeldía y de la dignidad de quienes acabaron con el yugo español, y fomentar la lucha contra el asfixiante dominio gringoEl bicentenario, escuela de rebeldía
Por una de esas coincidencias e ironías en las cuales es fecunda la Historia, en estos años convergen el bicentenario de las gestas de la Independencia de España y la exacerbación del dominio norteamericano sobre Colombia. Al tiempo que se rememoran las batallas que expulsaron a las tropas del Pacificador Morillo, el encomendero de la Casa de Nariño abre las puertas a la invasión de los ejércitos de los Estados Unidos. Cuando se recuerda la miseria que agobiaba a los pobladores de la Nueva Granada, sujetos al despotismo peninsular, y se recapitula cómo ventilaron sus quejas y se levantaron en revolución, y se mira y se compara todo ello con los millones de compatriotas asolados por la miseria y la sevicia de los opresores actuales, se siente la necesidad de convertirse en alumnos de los libertadores, se percibe la vigencia de sus enseñanzas primordiales.
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UN FMI PARA EL BICENTENARIO
Pablo Lagallé, historiador y conservacionista Santacruceño, próximo a públicar la biografía del entrerriano José Font conocido en la patagonia con el apodo de "Facón Grande", declara en el marco del Bicentenario de la República Argentina, a este personaje como uno de los que deben ser destacados, por representar el espíritu del hombre libre cargado de ideales y constructor del concepto "patria".
ResponderEliminarMás legítimo aún que Antonio Soto, líder de los obreros santacruceños de 1921, José Font fué escogido por sus pares para la defenza de sus intereses porque sabía bien del padecimiento del gaucho de esas latitudes.
Cuando se le preguntó por que razón se involucraba en la huelga, mirando un niño que se hallaba a su lado, respondió "lo hago por estos", siendo este el símbolo más puro de un hombre de bien, que a pesar de ver su destino trunco por oscuros intereses latifundistas, estuvo dispueto a dar batalla hasta su muerte.
Traicionado y vejado en su hombría por altos mandos del Ejercito Argentino, al que sin lugar a dudas respetó hasta el final, dejo resonando en el viento santacruceño con potente voz, "Así no se mata a un criollo carajooo!!.
Este es el homenaje más sincero a un verdadero patriota en el marco del año en que recordaremos a quienes desde sus principios, construyeron la Argentina que tenemos.