jueves, 3 de junio de 2010

ARTIGAS, RAMÍREZ, LOS PUEBLOS LIBRES Y LA REPÚBLICA DE ENTRE RÍOS

...Del hecho de que un país haya constituido parte de un Estado, aunque se hubiera agregado libremente a él, no se desprende de ningún modo la obligación de quedar asociado siempre a ese Estado. Ninguna obligación perpetua podría ser aceptada por la justicia humana, la única que puede constituir autoridad entre nosotros, y no reconoceremos nunca otros derechos y otros deberes que los que se fundan en la libertad. El derecho de la libre reunión y de la secesión igualmente libre es el primero, el más importante de los derechos políticos; sin él la confederación no sería más que una centralización enmascarada...”

MIJAIL BAKUNIN

El Federalismo (1868)


La soberanía particular de los pueblos será precisamente declarada y ostentada, como objeto único de nuestra revolución; la unidad federal de todos los pueblos e independencia no sólo de España sino de todo poder extranjero”

JOSÉ ARTIGAS, 1815





-¿Qué entendemos por federalismo?:


En 1820, Ramírez abandona a su jefe Artigas y pacta con BsAs el Tratado del Pilar, rompiendo la Liga Federal sudamericana revolucionaria. A partir de allí, se iniciará un camino sinuoso de derrotas para ambos y para todos los pueblos litoraleños, que hasta el día de hoy pagan caro y con dolor esos errores políticos históricos.

Cientos de páginas se han escrito sobre el lamentable enfrentamiento entre Artigas y Ramírez, y no está mal hoy dar una vuelta de tuerca sobre este asunto, en un contexto de rediscusión federalista, aunque en un marco político e ideológico estrecho.

En 1820, la Liga Federal se enfrentaba a los enemigos imperialistas -derrotados los españoles, se había producido la invasión portuguesa desde el Brasil a la Provincia Oriental y toda la mesopotamia corría peligro- y a los enemigos centralistas porteños, que eran la otra cara de la misma moneda neocolonialista, y que no sólo tenían acuerdos permanentes con los poderosos de afuera, sino que muchas veces atacaban al federalismo artiguista y a los pueblos con más saña y ferocidad que los propios invasores extranjeros. Era el artiguismo quién, desde 1813, proponía independencia en serio, autonomías con mayúsculas, república y federación -y democracia multicultural con justicia social- para lograr la libertad verdadera y la felicidad de los pueblos del sur. Era el Congreso de Oriente artiguista el que el 29 de Junio de 1815 ya había declarado la independencia y presionaba a las Provincias Unidas para que se definieran a favor de los valores de la libertad y la justicia, sin vueltas. Y fue en ese histórico congreso federal y americano, dónde se consagró nuestra bandera tricolor como el Pabellón de la Libertad.

No lo quedó otra al Congreso de Tucumán de 1816 que declarar la independencia, aunque los diputados -con predominio de BsAs- no se privaron de proyectar gobiernos monárquicos y centralistas, como así tampoco perdieron tiempo y enviaron una misión secreta a lo que hoy es el Brasil, para acordar con el imperio portugués la invasión de éste a la Banda Oriental y el ataque conjunto, por todos los medios, a las fuerzas revolucionarias artiguistas.

Entre 1816 y 1820, la diagonal roja de los pueblos confederados sangró más que nunca en la lucha simultánea contra el imperialismo y el centralismo, y al final entre un enfrentamiento fratricida también. En esa época, Ramírez se consagró en las luchas como un brillante combatiente de la causa federal revolucionaria, y Artigas le tenía una alta estima, confianza y consideración, como se puede apreciar en la correspondencia entre ambos.

Y estaba claro para todos que la causa que defendían era la de los pueblos libres y culturas libres confederados. No es ocioso recordar que la organización revolucionaria se denominaba Liga de los Pueblos Libres. Y es muy importante detenerse en ese concepto: el federalismo libertario artiguista se construye desde abajo y horizontalmente desde la extraordinaria noción histórica de Pueblos Libres. Es decir, que cuando se hablaba de “autonomía de las Provincias” se hablaba en un sentido absolutamente distinto al que le damos hoy a esa expresión ahora instituída. Entre 1813 y 1820, Provincia se escribía con mayúsculas y era la idea de que cada territorio era un pequeño país, autogobernado, autodeterminado y solidario con los demás pueblos, en un proyecto confederal que extendía su mirada no sólo al gran territorio de las Provincias Unidas de Sudamérica sino a toda Nuestra América multi e intercultural. Y por ésto, Artigas no era presidente ni jefe supremo, sino Protector de los Pueblos Libres.

Debemos subrayar entonces que la matríz federal artiguista revolucionaria es absolutamente distinta a la matriz constitucional alberdina y al pacto hegemónico urquicista y mitrista (1853-1861), dónde los pueblos pasan a ser, paso a paso, provincias con minúsculas cada vez más dependientes del poder central.

Pero en 1820 Ramírez abandonó ese proyecto. Artigas ya había sido traicionado por su ex lugarteniente Fructuoso Rivera –que se había pasado al bando portugués- y había sido derrotado en Tacuarembó. La esperanza que le quedaba a la Liga Federal era el triunfo de Ramírez contra los porteños en Cepeda, y éste triunfo federal llegó. Ramírez tenía que salvar y repotenciar el proyecto federalista sudamericano, obligando a los porteños a respetar el proyecto político, a discutir su integración al mismo y a colaborar de una vez para derrotar y expulsar al enemigo portugués.

Un futuro promisorio esperaba a las Provincias Unidas del Sur y al federalismo popular si se cumplían estas directivas de Artigas, pero Ramírez acordó otra cosa con los porteños en el Tratado del Pilar -pacto que hasta hoy algunos irresponsablemente festejan como parte de su entreguismo- y abandonó el proyecto artiguista.

Mucho se ha escrito sobre los “asesores” de Ramírez y sobra sus propias intenciones políticas, pero más allá de eso, varios no se cansan de decir que había que “buscar un poco de paz y recomponer las fuerzas, y que ya no daban las condiciones para seguir la guerra antiimperialista y anticentralista”. Estos mismos que no lo exigen a Ramírez haber dado continuidad a la coherencia, no dicen nada cuando Artigas no ahorró en sacrificios, ayudando con hombres, armas y vidas a independendizar a Entre Ríos del centralismo en el combate del Espinillo de 1814. Tampoco dicen nada del éxodo oriental anterior y de la hermandad confederal que se potenció en el Ayuí, en Concordia, y que era la unión de los pueblos oriental y entrerriano en lucha contra el dominio español -todavía amenazante en la región en ese tiempo- y contra la traición de BsAs que le había entregado la Banda Oriental y Entre Ríos a los godos atrincherados en Montevideo.

Y que nadie se olvide que el enviado porteño al Ayuí para dividir a las milicias populares artiguistas había sido Sarratea, el enemigo número uno de la independencia verdadera de los pueblos y del federalismo. Con el mismo Sarratea, Ramírez firmó en 1820 el Tratado del Pilar, que el mitrismo genocida festeja como base de la argentinidad estatal.

Artigas no dudó en enfrentarse a la traición con el objetivo permanente de salvar y reconstruir el proyecto federal americano revolucionario. En la Batalla de Las Guachas, en Tala, la mayoría de los entrerrianos y litoraleños estuvo del lado del Protector y Ramírez fue derrotado. Pero en el combate siguiente y que sería el definitivo, en Las Tunas -cerca de Paraná- Ramírez recibió ayuda porteña y portuguesa y derrotó así al movimiento artiguista. Persiguió con saña a su anterior jefe y a los pueblos y culturas artiguistas, y Artigas tuvo que exiliarse al Paraguay, donde murió pobre y Karai Guasú en 1850.

La supuesta transición a un federalismo pactada por Ramírez con BsAs no se dió nunca, y el propio Ramírez volvió sobre sus pasos -ya sin Artigas, y con una Banda Oriental en manos de los portugueses- e instituyó la República de Entre Ríos, de corta duración, porque sus ex aliados de BsAs y de Santa Fe le mostraron sus grandes dientes, y lo terminaron derrotando y asesinando en 1821. Y no sólo eso, sino que su ex compañero Estanislao López ordenó que le cortaran la cabeza y la expusieran públicamente.

Ahí está el resultado político de abandonar y quebrar la Liga Federal artiguista. ¿Y si Ramírez hubiera seguido siendo el gran combatiente federalista del Saucesito (1818)? ¿Y si Ramírez hubiera afirmado en 1820 el proyecto federal artiguista sudamericano?.

En el corto tramo temporal en el que fué Jefe Supremo, y en el que tal vez, en algún momento, tomó conciencia de lo que venía haciendo, Ramírez promovió una república entrerriana a la que integró forzadamente a correntinos y misioneros. La República de Entre Ríos fué la forma política posterior al Pueblo Libre Entrerriano confederado, y su afirmación autónoma es tan contradictoria como innegable. Pero ni Artigas ni Ramírez pudieron darle forma global a sus proyectos republicanos y federalistas y sus históricos esbozos no pueden ser traducidos historiográficamente como antecedentes del pacto feudo-federal-unitario alberdino, urquicista y mitrista.

La República de Entre Ríos sin estrategia y sin política revolucionaria se quedó sin cabeza y sin futuro. La república entrerriana artiguista quedó latiendo como hipótesis del devenir.



19 de Junio: Día de la Bandera de Entre Ríos, la Bandera Federal de Artigas


Desde este 19 de Junio de 2010, y ante el trabajo y la lucha de la Vocal de los Trabajadores en el CGE, de la nueva conducción de AGMER, del Foro Artiguista Entrerriano, de la Junta Americana por los Pueblos Libres y de tantos estudiosos y militantes que han mantenido la memoria histórica, se empezará a conmemorar en todas las escuelas entrerrianas el Día de la Bandera de Entre Ríos, la Bandera Federal de Artigas (que nació un 19 de Junio de 1764), y que fué la Bandera de Ramírez también. Es un momento propicio no sólo para repasar nuestra historia y nuestra genealogía política y cultural a fondo, sino también para pensar las luchas soberanistas y federalistas a nivel global, y los desafíos de los trabajadores y el pueblo entrerriano.

19 y 20 Junio pasan ahora a ser los días de nuestras banderas y hay que llenar de contenido histórico, político, pedagógico y cultural esas conmemoraciones. Hay que disputar en serio el sentido de la historia y del futuro, afirmándonos en nuestra memoria.

Está en nosotros hacer pedagogía de la autonomía teórica y abstracta o afirmar una pedagogía de la esperanza con la memoria de nuestra tierra y de nuestra cultura. Está en nosotros hacer entrerrianismo simpático y turístico o federalismo simbólico y romántico, o pelear desde abajo por un futuro político, económico y social distinto.

Está en nosotros hacer de la soberanía pedagógica parte de la lucha por la soberanía política y la emancipación social, en el contexto de las historias de nuestra tierra y de las condiciones actuales, que hay que superar.

Está en nosotros salir del estrecho corcet ideológico en el que nos quieren meter los nacionales y populares burgueses y hoteleros y sus supuestos mediáticos adversarios sojeros.


En todo el mundo, los trabajadores y los pueblos luchan a su manera contra la concentración, el ajuste y la centralización política y económica, estatal y capitalista. Más 5.000 pueblos, naciones y culturas luchan a nivel global contra 200 estados unitarios. Tal los ejemplos de Escocia, Irlanda del Norte, el País Vasco, Catalunya, Galicia, los Kurdos y Palestina, que no deja de sangrar y de sufrir. Y el debate sobre autonomía, independencia, plurinacionalidad, federalismo, democracia directa y emancipación social y cultural renacen en Nuestra América -donde los pueblos originarios, como los mapuches y los quechuas replantean el concepto de confederación, donde los zapatistas hacen historia reafirmando la autonomía política y social, y dónde el pueblo boliviano se co-instituye como plurinacional y comunitario-, renacen también en Europa y en todos lados.

Tenemos que seguir estudiando, luchando y explorando distintas experiencias y caminos de lucha, para tensar el unitarismo estatal argento y reabrir un camino de libertad, justicia y confederación real argentina y sudamericana. Miremos la Confederación Suiza, con ejecutivo y debate confederal, con prácticas permanentes de democracia directa, y con libertad a sus cantones, provincias autónomas y estados, para relacionarse entre sí y para relacionarse con los pueblos de la denominada Unión Europea.

Cambiemos la mirada y pensemos distinto para luchar mejor. Los trabajadores vascos y sus organizaciones sindicales soberanas -por ejemplo- avanzan con planes de lucha contra el ajuste neoliberal, a pesar de las dudas y transas de la burocracia sindical española y centralista.

La independencia de clase en la lucha, la soberanía política y el federalismo libertario son un una plataforma fundamental para luchar contra la concentración capitalista, y para que no sea normal que un gobierno entregue “Fondos del Bicentenario” en medio de las necesidades y el hambre de los gurises y del pueblo.



Mauricio Castaldo

María Grande-2/6/2010

mauriciocastaldo@gmail.com


domingo, 30 de mayo de 2010

La Bandera Federal de Artigas llegó hasta el Congreso de la Nación



Los militantes del FPDSantillán recibieron con gran alegría la Bandera Federal obsequiada por Agmer este lunes 24 de Mayo en el Acampe por el Otro Bicentenario, y se dirigieron en medio de cánticos hasta el Congreso de la Nación, que estaba a pocos metros, y colocaron un rato la bandera allí.

Es otro aviso histórico de los que luchan: Artigas siempre vuelve.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Una relectura artiguista del Bicentenario, a dos bandas

CX36, Radio Centenario de Montevideo, entrevistó telefónicamente este 25 de Mayo por la mañana al Sec.Gral. de AGMER María Grande, Mauricio Castaldo.



EL 25 DE MAYO NO ES UNA FECHA DE LOS ARGENTINOS; ES UNA FECHA DE ORIENTALES Y DE ENTRERRIANOS Y DE ARGENTINOS Y DE SUDAMERICANOS

Entrevista al Profesor de Historia Mauricio Castaldo, entrerriano, integrante del Foro Artiguista Entrerriano y de la Asociación gremial del magisterio de Entre Ríos (AGMER) “Somos la Banda Occidental del Uruguay y queremos seguir diciéndolo y si nos tenemos que pelear y discutir con quien sea y si alguien tiene muy instalado el discurso unitario bueno, nos vamos a seguir peleando. Pero si no nos animamos a decirnos lo que fuimos, lo que somos y lo que queremos ser vamos a seguir hablando siempre con las palabras del poder”

Ángeles: Nos cuesta cortar la canción que estábamos escuchando, pero nos da mucho gusto para recibir telefónicamente al Profesor Mauricio Castaldo que lo hemos anunciado mucho esta mañana y que parece que ya está por ahí.

A ver si estás Mauricio

Castaldo: Acá estoy, buenos días a todos

Ángeles: Muy buenos días. Nos da mucho gusto recibirte, hemos estado leyendo cosas tuyas toda la mañana (http://vozentrerriana.blogspot.com/2010/05/bicentenario-demosle-las-armas-los.html ) y hemos estado ubicándonos nosotros como orientales diciendo que más que uruguayos tenemos que sentirnos orientales. Pero esto es para que hables vos así que Mauricio, queremos además decir al presentarlo como profesor que es un hombre muy comprometido, decimos nosotros que más artiguista que muchos orientales muchas veces.

Pertenecés al Foro artiguista entrerriano, a la Asociación gremial del magisterio de Entre Ríos, ¿cómo te ubicás vos, cuál es tu compromiso social Mauricio?

Castaldo: Bueno lo que nosotros estamos intentando hacer es desde la militancia docente y social hacer una relectura del proyecto federal artiguista sudamericano revolucionario desde un punto de vista libertario. En ese sentido nos parece que eso es lo importante: ver el proyecto artiguista en su totalidad, es decir, verlo desde la Banda Oriental, verlo desde Entre Ríos y verlo desde Sudamérica en su totalidad como un proyecto de una Confederación de pueblos y culturas libres de Sudamérica, una verdadera Confederación de pueblos libres, antiimperialista y anticolonialista. Esa es un poco la tarea en la que estamos. Por eso el 25 de mayo es una fecha para analizarla largo y tendido por su complejidad y por ser parte de un proceso muy complejo y contradictorio.

El 25 de mayo no es una fecha de los argentinos; es una fecha de orientales y de entrerrianos y de argentinos y de sudamericanos. Es una fecha de las Provincias Unidas del sur. Y la batalla de Las Piedras tampoco es una fecha uruguaya, también es una fecha de todos los pueblos del sur, de las Provincias Unidas de Sudamérica.

Yo creo que hay que poder hablar de los pueblos del sur. Así como el himno argentino dice "Las Provincias Unidas del sur", una de las poquitas partes que le queda todavía de aquel himno original de once estrofas que era sudamericanista, todavía se canta de este lado un homenaje a las Provincias Unidas del sur. Es un concepto muy importante y un mapa, una geografía muy importante que hay que recuperar en las dos bandas, en la Banda Oriental y en esta banda Occidental para volver a hermanarnos en el pasado y en el futuro.

Ángeles: ¿Qué festejar hoy? Primera cosa, ¿hay que festejar? ¿Y qué es lo que se festeja?

Castaldo: Yo creo que no hay que festejar nada, no es una fecha de festejo por muchos puntos de vista. Es una fecha de reflexión crítica y se pueden decir muchas cosas del 25 de mayo de 1810 y del 25 de mayo del 2010. Pero dada la situación, dadas las contradicciones que pasaron en la historia sudamericana y en la historia rioplatense en particular; dada la historia de traiciones de las clases dominantes a los propios proyectos criollos y americanos, a los proyectos independentistas, y dada la situación actual de tanta desigualdad, de tanta alienación, de tanta explotación, de tanto saqueo, obviamente que no es una fecha para festejar sino que es una fecha para reflexionar críticamente, sobre lo mejor de los procesos de luchas sudamericanas, de los proyectos de lucha por la independencia y en ese sentido hay que hacer un repaso y una reafirmación del proyecto artiguista completo. Es una fecha para reflexionar sobre eso y una fecha para reflexionar sobre las enormes necesidades que tenemos los rioplatenses y los sudamericanos en este momento, y para pensar releyendo la historia, releyendo el proceso artiguista, para pensar de aquí en adelante cómo encaramos la lucha que tenemos que dar para transformar esta realidad que necesita ser transformada en forma urgente. Así que no es un día para festejos ni para festejos turísticos como lo plantea el progresismo argentino o para sentarse a festejar algo en el teatro Colón entre presidentes o gobernantes rioplatenses.

Acá en Buenos Aires se debatió esta semana si la presidenta del gobierno argentino se sentaba con el jefe de gobierno de la Capital federal Macri en el teatro Colón o no. Ese no es el debate político que necesitamos los argentinos y los sudamericanos.

Ángeles: Claro, porque esa dependencia económica, esa falta de soberanía, es la que pone totalmente en tela de juicio el tema de la independencia cuando todos los años se festeja la independencia.

Castaldo: Son fechas que, como el 25 de mayo, como el 9 de julio, que desde un punto de vista sudamericanista, libertario y artiguista, son fechas discutibles. Capaz que no es casualidad que el estado argentino, el propio estado uruguayo, y los estados capitalistas, tomen estas fechas a su manera y con sus discursos, que son discursos contradictorios, mezquinos e incompletos que tapan y ocultan cosas, toman estas fechas y nos plantean discursos sobre la independencia, sobre la libertad, ¡hablan tanto de la libertad! Y andamos buscando la libertad a ver por dónde anda ¿no?

Ángeles: Mauricio, en las cosas que vos has escrito le das mucha importancia a destacar no la imagen que muchas veces se asocia a una fecha como el 25 de mayo: el Cabildo, las ropas, el balcón. Vos hablás de otras cosas. Hablás de los pueblos, hablás de los que no se parecen a esos que uno ve en las pinturas y en lo que representa con imagen al 25 de mayo y a otras fechas patrias

Castaldo: Sí, hay una serie de imágenes ideológicas instituidas por el poder; en el caso de la Argentina instituidas por el estado unitario argentino y por el mitrismo, por Mitre, por los unitarios que triunfan en 1861 y se quedan con el poder. Y tanto Mitre como Sarmiento como todos esos gobernantes unitarios, instituyeron esa idea de que el 25 de mayo nació la patria argentina; instituyeron de que solamente los políticos de saco y corbata en el Cabildo, en la casa de gobierno, son los que hacen la política y que los pobres están afuera preguntando de qué se trata y que lógicamente que esa imagen de los políticos del Cabildo es la ideología de la representación política burguesa, es decir los representantes que están ahí negando toda participación popular.

Entonces me parece que nosotros un desafío que tenemos en ambas bandas, es ir superando esas imágenes e ir construyendo una comunicación alternativa y una pedagogía alternativa sobre las luchas por la independencia sudamericana. Hay que salir de esa ideología mitrista de que hubo una revolución en el Cabildo de Buenos Aires, cuando ahí se inició un proceso de lucha y cuando la revolución contra el poder español la hicieron los pueblos de Sudamérica; los pueblos de las Provincias Unidas del sur y de toda Sudamérica. Los pueblos y las culturas. Y hay que salir de la imagen de la negra mazamorrera. Acá estamos inundados de publicaciones de Buenos Aires y de europeos donde se muestra el Cabildo con los políticos y la negra mazamorrera con la comida. Entonces nosotros decimos que hay que desterrar esa imagen instituida, hegemónica y mejor que las imágenes del Cabildo y la negra mazamorrera, a nosotros nos parece mejor -y estamos trabajando- con los gurises, con nuestros alumnos en las escuelas y en nuestras páginas web y en todas las publicaciones que hacemos, nos parece mejor un mapa de Sudamérica o un mapa de las Provincias Unidas del sur; dibujar y pintar allí a los indios, a los gauchos, a los negros, a las negras, mujeres, hombres, niños, recordamos el éxodo oriental y a todos los pueblos que dieron su vida en las luchas por la liberación en Sudamérica.

A nosotros nos parece que dar esa batalla semiótica, de signos, es una parte muy importante de la batalla contra hegemónica, cultural que hay que dar. Y no es fácil porque nosotros estamos en un debate con los compañeros docentes acá y tienen tan metida la idea unitaria de la patria argentina como supongo que algunos en Uruguay tendrán metida la idea del estado uruguayo y de la uruguayidad desde 1830 en adelante; esa idea de separarnos, la idea unitaria de los estados nacionales capitalistas separados que nos hace tanto daño esa imagen y me parece que desde abajo vamos dando una batalla de ideas contra hegemónicas que por lo menos pone en cuestión -que no es poco- las imágenes y los discursos hegemónicos instituidos.

Ángeles: Siempre parece como que estamos separados. Y estamos separados pero yo no sé si es porque le toca a uno vivirlo pero como que ahora estamos más separados que nunca. Y vos podés decirlo todo en este lenguaje así: los uruguayos con su progresismo con Mujica y todo esto, admirado eso desde lo que sería el Cabildo de Buenos Aires; los paraguayos en otra, todavía más lejana en su contacto diario, en su contacto de saber realmente qué es lo que está pasando; esas batallas en Argentina de si el asunto es darle palo a los Kirchner o no darle palo a los Kirchner. Como que estamos cada uno en una batalla diferente

Castaldo: Y que es lo que quiere el poder. Y que en realidad son batallas estrechas porque las batallas políticas ideológicas sociales son otras. Nosotros tendríamos que estar pensando -y es un desafío que tenemos para adelante los trabajadores y los militantes sudamericanos- estar pensando nuevas redes militantes que atraviesen fronteras y que atraviesen estas limitaciones que tenemos hoy y que construyan desde abajo no solamente un debate como el que estamos dando sobre la historia sino además un debate sobre todos los temas que atañen a las necesidades de los sudamericanos.

Tenemos muchos temas en común, necesidades en común y sufrimientos en común los trabajadores sudamericanos, los estudiantes, los docentes, los ecologistas, los pueblos indígenas, las culturas, los movimientos afro. Los tantos desafíos y tantas cosas en común en el pasado, en el presente y en el futuro, que me parece que una de las cuestiones importantes es volver a repensarnos los de abajo en Sudamérica, los pueblos del sur, los que hemos luchado y los que luchamos, los que hemos resistido y ponernos desafíos de acá para adelante, más allá de lo que hagan, de los debates de la política burguesa, de la política partidaria o de las elites políticas o de lo que discutan los gobiernos o los estados. Hay que fortalecer redes de un contra poder militante sudamericano que tampoco es empezar de cero porque en toda Sudamérica hay movimientos políticos y sociales de lucha extraordinarios, extraordinariamente ricos que están haciendo tantas cosas.

Me parece que uno de los desafíos es enredarnos y solidarizarnos más entre nosotros y sincronizando más desde abajo las luchas y si en algún momento pudimos voltear desde abajo hace poco el proyecto hegemónico del ALCA, los movimientos sociales y los movimientos políticos en un diálogo complejo porque no muchos movimientos sociales aceptan a los movimientos políticos partidarios y viceversa, un diálogo complejo pero que logró que el ALCA fuera desterrado de la agenda política si bien hoy tenemos otras complejidades y otros problemas y otras transas y otras traiciones de parte de los gobiernos, pero si logramos eso podemos lograr muchas cosas desde abajo. Es cuestión de pensar los desafíos. Aquí los foros ecologistas aportan mucho contra el saqueo, contra los saqueos planificados que se vienen de nuestra tierra y nuestros recursos y contra el ILSA, el plan de obras públicas al servicio del imperialismo y las multinacionales. Tenemos muchas cosas para pensar, para hacer y para reorganizarnos los trabajadores y los pueblos de Sudamérica y tenemos que hacerlo con nuestras herramientas, con nuestros espacios de comunicación e ir construyendo de abajo fuerza para ir transformando esta realidad sudamericana que nos pega el grito de que la transformemos.

Ángeles: Claro. Mauricio, vos estás planteando que tenemos que trabajar sobre todo eso, En ese marco, las ideas del artiguismo ¿cómo juegan en esto, cuánto pueden pesar las herramientas que da el artiguismo?

Castaldo: Es central. La recuperación del proyecto artiguista federal sudamericano revolucionario es fundamental, es central en el proceso de debate sudamericano de futuro. Yo ayer lo planteaba justamente porque estuvimos participando del acampe de los movimientos sociales en la ciudad de Buenos Aires por el otro Bicentenario, por un Bicentenario alternativo que fue convocado por el Frente Popular Darío Santillán y distintos movimientos sociales de Argentina y de Sudamérica, y justamente planteábamos esto y le obsequiamos de parte del Sindicato docente entrerriano y el Foro artiguista entrerriano, una bandera federal gigante de 12 metros al Frente Darío Santillán y los compañeros salieron con esa bandera a cantar y a caminar. El acampe era enfrente al Congreso de la Nación en Buenos Aires e incluso desplegaron la bandera federal frente al Congreso de la Nación. Yo supongo que Artigas desde algún lado debe tener un poquito de alegría de haber podido clavar esa lanza aunque sea un ratito simbólico ahí, en un territorio político tan maldito como Buenos Aires que le hizo tantas cosas ¿verdad?

Ángeles: Claro.

Castaldo: Y justamente planteé eso en un panel donde había compañeros de distintos movimientos sociales, incluso compañeros bolivianos y bueno, fue una sorpresa extraordinaria cuando terminó el panel debate donde planteamos la recuperación del federalismo artiguista, la relectura del federalismo sudamericano artiguista, vos sabés que se acercó incluso hasta un compañero peruano periodista que está haciendo un curso de periodismo en la Universidad de Buenos Aires, se acercó a charlar conmigo, intercambiamos correos y me gustó su interés pero digo ¡qué extraordinario este encuentro y poder decir las cosas, y mirá lo que significa Artigas tan lejos de las fronteras instituidas! Cuando uno lo explica entero, cuando uno lo recupera a Artigas desde las Instrucciones del XIII que era un proyecto federal sudamericano, un proyecto de confederación de pueblos libres de Sudamérica, con toda la riqueza que significa el concepto de pueblo libre que no todos han entendido me parece.

Entonces recuperar las Instrucciones del XIII y leerlas linealmente, literalmente tenemos que leer los documentos artiguistas. Recuperar el reglamento de Tierras de 1815 y los demás documentos políticos que pesen en un proyecto federalista, sudamericano, multicultural e intercultural verdaderamente revolucionario de la distribución de la riqueza.

Cuando uno relee sin la intermediación ideológica de lo que después se ha dicho desde el estado argentino, desde el discurso nacional y popular, desde el estado uruguayo desde el discurso de la uruguayidad sobre el prócer uruguayo Artigas, que esos son discursos posteriores sobre artiguismo y que lo destrozan a Artigas, destrozan, lo recortan, recortan el proyecto federal sudamericano originario, entonces nosotros tenemos que releerlo completo, releerlo literal y analizar despacito qué quería decir con cada una de las cosas de esa época: lo que quería decir Liga de los pueblos libres, lo que significó el Congreso de Oriente de 1815 de la Liga Federal donde los pueblos originarios tenían sus propios representantes. Eso lo planteé anoche en el panel de la ciudad de Buenos Aires y me miraban los compañeros porque habían militantes de pueblos originarios de todos lados.

Es central porque el artiguismo plantea un respeto a las autonomías y las culturas; un respeto entendido como soberanía particular de los pueblos y las culturas, pero además plantea un respeto a esas autonomías con mayúsculas, pero lo plantea en medio de una apuesta en común en un proyecto de Liga Federal con todo el contenido político transformador que el artiguismo tenía. Entonces releerlo completo, releerlo literalmente y una vez que uno hace esa relectura pensar la realidad y el futuro desde esa relectura completa del artiguismo. Y me parece que ahí tiene mucho para dar en los debates políticos y sociales sudamericanos del futuro.

Y las redes de debate en nuestros espacios comunicativos alternativos, de las radios como radio Centenario, de las web nuestras de los sindicatos y en toda Sudamérica, estas redes de debate están dando algunos frutos muy interesantes. Yo estaba viendo por ejemplo algunos espacios de comunicación bolivarianos que están incorporando la idea de Confederación sudamericana. Ayer me llegaba un correo de Luis Bilbao, el director de la revista bolivariana América 21 y al final hablaba de la necesidad de que Argentina vuelva a pensar la idea de Confederación y que Argentina sea parte de una Confederación socialista latinoamericana. Es decir, hay una relectura y esto ha llevado tiempo y nosotros desde acá hemos reinstalado de vuelta el concepto federativo confederal desde un punto de vista libertario, revolucionario y sudamericanista y muchos compañeros y muchos movimientos sociales y culturales empiezan a entender el valor que tiene recuperar esa idea confederada artiguista, porque respeta las autonomías, pero además las hermana en una apuesta en común superadora. Eso es extraordinario.

Ángeles: Una cosa que tenemos que repetirle a los oyentes, es que Mauricio es argentino. Entonces te tengo que preguntar cuándo empezaste a estudiar a Artigas, cuándo lo descubriste, desde cuándo tenés a Artigas como referente

Castaldo: Primero tengo que decirle a los oyentes que dentro de ser argentino soy entrerriano

Ángeles: pero yo tengo que decirles primero que sos argentino porque sino no me creen

Castaldo: Nosotros los entrerrianos somos parte de la Argentina y somos parte de Sudamérica. Y cuando uno dice ser entrerriano lo digo justamente porque uno es parte de la Argentina pero uno es parte de Sudamérica y somos la Banda Occidental del Uruguay. Somos Argentina, pero somos la Banda Occidental del Uruguay también. Y somos hermanos mellizos política y culturalmente de los uruguayos, de los orientales. Entonces por eso nos gusta decirnos entrerrianos.

Ángeles: Que vos digas que sos entrerriano es cuando nosotros decimos que somos orientales

Castaldo: Es esta hermandad. Nosotros somos mellizos si me permiten la expresión, política, historiográfica, culturalmente y nosotros no dejamos de decirlo, es decir: nosotros queremos seguir diciendo esto. Somos la Banda Occidental del Uruguay y queremos seguir diciéndolo y si nos tenemos que pelear y discutir con quien sea y si alguien tiene muy instalado el discurso unitario bueno, nos vamos a seguir peleando. Pero si no nos animamos a decirnos lo que fuimos, lo que somos y lo que queremos ser vamos a seguir hablando siempre con las palabras del poder ¿es cierto?

Pero entonces yo soy profesor de historia y a Artigas me lo encuentro estudiando el profesorado de historia en Paraná. Yo vivo en una ciudad que se llama María Grande, es una ciudad chiquita de 10 mil habitantes en el Paraná Campaña a unos 60 kilómetros de la capital de Entre Ríos, que es Paraná, y allá por la década del 90 estudiando profesorado de historia me encuentro con un grande de la docencia entrerriana que es el profesor Juan Antonio Vilar que en su clase de historia argentina del profesorado en Paraná era el único que hablaba de Artigas y hablaba con pasión, defendiéndolo y con una coherencia extraordinaria así que allí me lo encontré y de a poquito fui leyendo

Ángeles: ¿Cuántos años tenías vos allí Mauricio?

Castaldo: Yo ahora tengo 35 años, habré tenido veinte y pico. Y bueno, ahí empezamos a leerlo, despacito, y si bien siempre lo teníamos, hasta hace poco con un grupo de compañeros teníamos a Artigas como un prócer querido nuestro, como el mejor prócer capaz de la región por lo completo, por su federalismo, por la reforma agraria, por la multiculturalidad. Pero hace un tiempo cuando se da el debate de la Asamblea de Gualeguaychú y el corte de ruta contra Botnia, empezamos a sentir la necesidad por algunos discursos chauvinistas que se hacían en ambas bandas del río, discursos uruguayos anti argentinos y discursos argentinos anti uruguayos, empezamos a sentir la necesidad de releerlo más a Artigas y a replantearnos la necesidad de reafirmar esta hermandad cultural y política entonces ahí nos dimos cuenta de la necesidad de contrarrestar los discursos chauvinistas y ahí fue saliendo la necesidad esta del Foro artiguista entrerriano, esta red comunicativa alternativa que tenemos con los compañeros. Salió lo de meter los debates sobre artiguismo en la Agrupación roja y negra de AGMER (Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos) que es la que hoy conduce el sindicato docente. Y la Agrupación roja y negra de la cual el artiguismo es parte, conduce el sindicato desde el año pasado. Y también se formó en Paraná la Junta americana por los pueblos libres, que es una asociación cultural en la que están algunos compañeros periodistas, docentes, militantes sindicales, estudiantiles, que se plantean como cuestión central la relectura y reivindicación del proyecto artiguista así que fuimos sembrando varias semillas en el camino y de a poquito esas semillas van dando frutos.

En el último documento de la Asamblea de Gualeguaychú en el puente, en la sexta marcha que se hizo hace poco, en el final del documento donde se critica a los tres gobiernos: al gobierno uruguayo, al gobierno argentino y al gobierno entrerriano, se termina citando a José Artigas y al proyecto Confederal sudamericano. Y eso nos da mucho gusto, que a pesar de los debates, de las contradicciones y de las complejidades que todos los movimientos y las organizaciones tenemos, ir recuperando esas ideas en común que nos hicieron fuertes en el pasado y que nos van a hacer fuertes en el futuro.

Ángeles: 25 de mayo pero el Bicentenario, tomándolo ya como una cosa que va a trascender obviamente las fronteras, va más allá del acto del Colón y de los actos que pueda haber en la Argentina, todo esto que vos estás conversando, ¿cómo analiza y qué hacer ante el Bicentenario?

Castaldo: Yo creo que hay que hacer una reflexión crítica y decir en primer lugar que desde el punto de vista de la resistencia contra el colonialismo español y europeo, los pueblos originarios tienen 500 años de lucha y de resistencia que tenemos que reivindicar, es decir que la historia de las luchas en Sudamérica no empezaron hace 200 años. Reivindicar ahí fuertemente el discurso de los pueblos originarios. Yo te digo la verdad, que los textos que he leído esta semana de las comunidades originarias, especialmente del pueblo mapuche, me parecen extraordinarios. Su reflexión crítica, su repaso crítico de la historia, me parece que ayuda mucho a pensar distinto y ayuda mucho también a fortalecer el análisis artiguista. Fue muy importante ver la historia desde otro punto de vista.

Entonces, decir que las luchas en Sudamérica empezaron desde el primer día que Cristóbal Colón o algún conquistador español abusó de algún indígena o de alguna indígena y que esa es nuestra historia sudamericana y que el 25 de mayo es simplemente una fecha más; una fecha importante, pero una fecha política más en medio de esta historia de lucha sudamericana y yo digo que el 25 de mayo es una puerta abierta políticamente. Los políticos de Buenos Aires del Cabildo, al echarlo al virrey Cisneros en forma muy compleja, había muchos políticos conservadores, juraron por el rey de España -hay muchas contradicciones en el 25 de mayo- pero a pesar de eso el hecho es que echaron al virrey Cisneros, le abrieron la puerta a un nuevo proceso de lucha. Habían muchas luchas, pero se abrió una puerta a seguir luchando porque al sacarlo a Cisneros se desata un debate y un conjunto de luchas en las Provincias Unidas y en los pueblos de Sudamérica, que termina con la batalla de Ayacucho 14 años después y con la derrota política del imperio español; una derrota que se produce porque los pueblos sudamericanos lucharon a su manera hermanados solidariamente.

Entonces el 25 de mayo es una puerta abierta a las luchas y es una fecha más importante dentro del proceso de luchas de Sudamérica.

También puede ser importante recuperar acá algunos de los análisis que han hecho historiadores orientales como Gonzalo Abella. Gonzalo dice esta idea de que el 25 de mayo y después el artiguismo es el pase a fase armada de las luchas que los pueblos y las culturas venían dando de antes, las resistencias que venían dando de antes.

Ustedes han charlado con Gonzalo cientos de veces ahí en la radio y lo tienen bien analizado. Entonces yo digo verlo desde este punto de vista al mayo. Como una puerta abierta y como una fecha importante más dentro del proceso de lucha sudamericano, todo en el marco de un debate historiográfico, político, comunicativo pedagógico muy complejo que hay que analizar despacio, para no caer en reduccionismos o en simplismos sobre la historia y la política porque si uno simplifica el pasado también simplifica el presente y simplifica el futuro.

Ángeles: Mauricio, por supuesto que vamos a mantenernos en contacto, hace tiempo que te venimos leyendo además y compartiendo cosas con los oyentes; el agradecimiento de que estemos hoy escuchándote y de poder conversar, intercambiar contigo en este día tan especial y el compromiso de mantener el contacto para adelante

Castaldo: Seguro. Para mí ha sido un placer, un gusto extraordinario, un honor haber estado con ustedes en radio Centenario y compartir con la audiencia oriental, con la audiencia argentina y sudamericana que nos escucha, y dar otro pasito más en esta hermandad que queremos reconstruir a nivel sudamericano. Y pedirle a todos que recordemos todos aquellos elementos que nos hermanan. Yo estaba releyendo recién aquellas estrofas del himno argentino original y recordemos con gusto esto que nos hermana en aquel himno de 1813, que decía San José tierra oriental, San Lorenzo, Suipacha, Ambas Piedras, Salta y Tucumán, la colonia y las mismas murallas del tirano en la Banda Oriental son letreros eternos que dicen aquí el brazo argentino, el brazo sudamericano triunfó, aquí el fiero opresor de la patria su cerviz orgullosa dobló.

Digo recuperemos nuestra historia común, nuestra historia de hermandad en las luchas para tener un futuro común, pero un futuro distinto así que un placer, muchas gracias y saben que estoy a sus órdenes.

Ángeles: Muchas gracias decimos nosotros y quedamos contentos de que lo hayan dejado clavar esa lanza a Artigas ayer en Buenos Aires porque acá lo quieren transformar en un abuelito que no embroma a nadie y dejarlo preso en la estatua así que gracias por ponerlo allí a Artigas, en el campo de batalla

Castaldo: Cuando me manden las fotos que me ls prometieron los compañeros del Frente Darío Santillán, de la bandera federal allá, la vamos a enviar a la web de radio Centenario para que la tengan.



Y les quiero contar algo que es muy importante: hemos logrado acá en Entre Ríos que el 19 de junio que es el nacimiento de Artigas, sea el día de la bandera federal. Acá en Entre Ríos se llama día de la bandera de Entre Ríos entonces hemos logrado desde AGMER, del Foro artiguista, que el 19 y 20 de junio en esta Banda sean los días de las banderas. El 20 de junio por Belgrano es el día de la bandera argentina y logramos que el 19 de junio sea el día de la bandera federal. En los actos en nuestras escuelas está la celeste y blanca y está la bandera federal y muchas veces los gurises no saben qué simboliza la diagonal roja y con esto, al lograr insertarlo en el calendario escolar entrerriano, logramos que todas las escuelas y todos los docentes tengan que releer y estudiar a Artigas para en los actos que hay que hacer a partir de ahora del 2010 en las escuelas entrerrianas, haya que releer y repensar el proyecto artiguista.

Así que en Entre Ríos el 19 de junio es el día de la bandera federal y por qué no pensarlo para la Banda Oriental, por qué no pensarlo para la República Oriental del Uruguay y de aquí en adelante hacer una campaña de concientización para que el 19 de junio también sea el día de la bandera federal en la República uruguaya.

Ángeles: Sin duda que sí. Un abrazo grande Mauricio

Castaldo: Un abrazo para ustedes


http://www.radio36.com.uy/







Presencia Entrerriana en el Acampe por el Otro Bicentenario en Bs.As

La Bandera Federal en el panel sobre las luchas continentales
de ayer y hoy, en El Otro Bicentenario

El Secretario General de AGMER María Grande y militante artiguista entrerriano, Mauricio Castaldo, participó en el panel-debate sobre “Las luchas continentales, ayer y hoy”, en el marco del Acampe por el Otro Bicentenario, organizado por el Frente Popular Darío Santillán y la Coordinadora de Movimientos Populares, junto a otras organizaciones sociales y militantes de Argentina y de Sudamérica. La actividad se realizó este lunes 24 de Mayo en la Plaza de los Dos Congresos, en la ciudad de BsAs.


En su intervención, Castaldo reafirmó, en primer lugar, la necesidad de seguir profundizando una revisión histórica profunda de las luchas en Nuestra América, y avanzar en el despliegue de un pensamiento crítico subalterno, postcolonial, auténticamente federalista y libertario. “Es un gusto muy especial estar en este territorio políticamente maldito, como ha sido siempre BsAs”, dijo el secretario mariagrandense al iniciar su intervención. Insistió con la necesidad política, ideológica, comunicativa y pedagógica, de deconstruir y superar algunas imágenes hegemónicas tal como la de “una revolución de políticos de saco y galera en el Cabildo de BsAs” y la de la “negra mazamorrera y los pobres mirando de afuera lo que pasa”. Esas imágenes, dijo Castaldo, deben ser superadas con el rescate y el repaso del mapa de las Provincias Unidas del Sur y de toda Nuestra América, donde se reafirme que fueron todos los pueblos y culturas indo-afro-americanos los que dieron su vida en las luchas por la independencia americana.


Castaldo reafirmó aquí, “la diferencia entre la matriz federal artiguista multi e intercultural revolucionaria -que tenemos que releer mirando al futuro- y la matriz feudo-federal unitaria -alberdina, urquicista, y definitivamente mitrista- de los pactos conservadores de 1853 y de 1861”, como así también dar una vuelta de tuerca en serio en la crítica a la visión centralista de las cosas. Aquí, expresó que, “hay que abandonar el `mitrismo heideggeriano' en los debates sobre el 'ser nacional' y la identidad nacional, y abrirse a la pluralidad, en serio”. Y concluyó, en esta parte que, “tal vez, los mejores momentos de la Argentina se dieron cuando no era la Argentina”, y que “alguna vez, Bs As y la Argentina deben abrirse pluralmente a sus pueblos y culturas, y a todos los pueblos y culturas de Sudamérica”. Y volvió a subrayar, que “BsAs y la Argentina deben volver a ser política y culturalmente sudamericanas, si queremos un futuro mejor”, despertando -con esta afirmación- el aplauso del público y los militantes presentes, que habían colmado la Plaza de los Dos Congresos.


El dirigente de AGMER dejó la propuesta, a todos los presentes, de que el 19 de Junio, sea el Día de la Bandera Federal Sudamericana, no sólo en Entre Ríos, si no en todo el territorio argentino y más allá también, en las provincias unidas, en los pueblos unidos del sur. Pidió a los presentes que el 19 de Junio le tracen una diagonal roja a sus banderas, y que “esa banda roja simboliza no sólo la sangre derramada por las clases populares y las culturas indo-afro-americanas en la lucha por el federalismo libertario independentista, si no también la sangre de todos los que han luchado por la justicia en nuestra tierra, como Maxi y Darío, como Teresa Rodríguez y Carlos Fuentealba, entre tantos otros”.


En segundo lugar, el militante gremial entrerriano, abordó un análisis de las luchas continentales contemporáneas, y planteó, en este sentido, la necesidad de repensar -en medio de la crisis y el ajuste capitalista- la relación entre lo regional y continental de las luchas con el internacionalismo anticapitalista, en medio de el renacimiento de las huelgas generales en Europa, incluso en España, donde la burocracia sindical, ante la presión de las bases, debe hablar del paro general.


Castaldo destacó aquí la imagen del Che Guevara como una primera síntesis de la relación dialéctica y libertaria de las luchas continentales y globales, y planteó la necesidad de seguir pensando las mejores formas de articulación autónoma de lo social y lo político en un sentido verdaderamente contrahegemónico y transformador. Y reafirmó aquí, “la necesidad de un diálogo teórico y político y un encuentro concreto de las distintas corrientes de pensamiento y de lucha, dialécticas, libertarias, originarias, ecologistas, federalistas, de ocupados, desocupados, y de todos los movimientos sociales y culturas de Argentina y de Nuestra América”.


En este momento del debate, el Sec.Gral de AGMER María Grande, remarcó el ejemplo de la iniciativa popular del pueblo de Islandia -y el posterior triunfo de la resistencia popular en un referéndum- contra la deuda externa en marzo, y se preguntó como las organizaciones sociales argentinas no pudieron lograr lo mismo contra los denominados “Fondos del Bicentenario”. Dejó la inquietud, para pensar entre todos, “si podemos darnos un plazo breve para avanzar y concretar una iniciativa política autónoma común de una consulta popular contra los fondos del bicentenario y fondos de desendeudamiento oficiales”.


Planteó aquí también, “la necesidad de superar las trampas ideológicas del oficialismo K y de Clarín que son dos caras de lo mismo cuando salen a decir que `Grecia es la Argentina del 2001', y decir pública y fuertemente que, tanto Grecia como la Argentina son dos caras del ajuste capitalista, y mal que les pese a seis, siete u ocho giles y charlatanes progresistas, es una vergüenza la desigualdad social actual, la precariedad y la pobreza, y es una vergüenza que se destine dos pesos por gurí para los comedores escolares entrerrianos”. Esta afirmación también fue acompañada por un fuerte aplauso de los presentes.


Para finalizar, Castaldo planteó como propuesta a todos, “el estimulante ejercicio de lectura y pensamiento que es releer, por un lado el proyecto federal artiguista revolucionario expresado en las Instrucciones del XIII y el Reglamento de Tierras de 1815, y por el otro, un documento extraordinario y potente como 'El Federalismo' de Mijail Bakunin, redactado en 1868”.


Propuso además, “trabajar mucho en el despliegue de las potencialidades de una noción originaria como la de Buen Vivir, que se va abriendo camino en los debates y las luchas”. La idea de “Buen Vivir”, dijo el Sec.Gral de AGMER María Grande, puede ser un punto de encuentro extraordinario de las luchas originarias, de las luchas ecologistas, como así también de las luchas anticapitalistas de trabajadores ocupados y desocupados”.


Finalizó su intervención, insistiendo en la necesidad de concretar iniciativas políticas contrahegemónicas, “para que la esperanza de los gurises, de los niños y del pueblo no sólo sea un gol de Messi en el mundial de fútbol”.



MAXI Y DARÍO EN LA DIAGONAL ROJA:


Unos momentos antes del panel, Castaldo, obsequió al Frente Popular Darío Santillán -de parte del sindicato docente AGMER- una enorme Bandera Federal que ha acompañado a los docentes entrerrianos en sus luchas. Los militantes del Frente la recibieron con enorme alegría, la movilizaron por todo el Acampe y la llevaron incluso hasta el Congreso de la Nación, que estaba a pocos metros de dónde se realizaba la actividad.

Los militantes del Frente Pop. D. Santillán
con la Bandera Federal obsequiada por AGMER


PROYECTANDO EL FUTURO:


Distintos militantes y organizaciones políticas y sociales de Argentina y de Sudamérica se acercaron, al finalizar el panel, a dialogar con el Sec.Gral de AGMER María Grande, para articular contactos y pensar y proyectar otros encuentros militantes, en Entre Ríos y en otros puntos de la Argentina.


La Bandera Multicultural originaria del Acampe,
frente al Congreso argentino

viernes, 21 de mayo de 2010

Bicentenario: Démosle las armas a los negros, a los pobres y a los pueblos




...Ven a los indios formar
el escuadrón...
Y aprontar los morenos,
el corazón.

De fogón en fogón
se oye la voz:
–¡Si la patria me llama,
aquí estoy yo!...

A DON JOSÉ

Ruben Lena



I- ¿QUE HISTORIA CONTAMOS Y PARA QUÉ?:


Este 25 de Mayo de 2010 es una ocasión especial para reflexionar profundamente sobre el pasado, el presente y el futuro de nuestras luchas. Es importante, para empezar, plantearnos una serie de preguntas y problemáticas que sirvan de disparadoras de un análisis histórico, político e ideológico riguroso y movilizador. ¿Qué hay que festejar este 25 de Mayo? ¿Cuál es el discurso tradicional y la ideología oficial estatal argentina instituída sobre el Mayo y “la Patria”, y qué influencia -y que consecuencias- ha tenido y tiene este discurso en todas las esferas de la vida social, especialmente en los ámbitos comunicativo y educativo?. Y sobre todo, es bueno preguntarnos, ¿hasta adónde nos animamos a revisar nuestra historia, y hasta adónde nos animamos a avanzar en el debate histórico, político y pedagógico?. Y, ¿qué alternativas podemos empezar a sembrar, a regar y a desplegar?.


II- VOLVAMOS A DARLE LAS ARMAS A LOS POBRES:


Es imprescindible, a estas alturas del debate historiográfico, político y pedagógico empezar a superar algunas imágenes ideológicas hegemónicas, como por ejemplo, la de que “la revolución se hizo en el cabildo de BsAs”, cuando allí sólo se abrió -y contradictoriamente- una puerta a la lucha antiimperialista, en realidad, o mejor dicho, se pasó a una nueva fase de la lucha de nuestros pueblos y culturas de América-Abya Yala -que venían resistiendo desde hace tanto tiempo- contra el dominio colonialista español y europeo. En el cabildo de BsAs había intereses y especulaciones muy contradictorios: los políticos de la Primera Junta terminan jurando el 25 de Mayo, a pedido de los influyentes capitalistas ingleses instalados en el Río de la Plata -aliados con España contra Napoleón en Europa pero ávidos de expansión económica global-, por el caído rey español Fernando VII. Y esos intereses británicos se fueron imponiendo -gracias a sus aliados criollos- cada vez más, en BsAs, en el Río de la Plata, en Sudamérica y en el Mundo en todo el Siglo XIX y en buena parte del SXX. Tenemos que deconstruir, desarmar las falsas imágenes hegemónicas y tradicionales, y reafirmar la lucha antiimperialista sudamericana como un proceso, duro y complejo. Si reproducimos la imagen de que en el cabildo hubo una revolución y de que sólo los políticos de saco y galera, y la “gente bien” es la que toma las decisiones mientras el pueblo y los pobres están esperando afuera, vamos a seguir siendo cómplices de la reproducción de la ideología liberal burguesa de la representación política para algunos, negándole al pueblo toda participación en las luchas pasadas, presentes y futuras.

Mejor que la imagen del cabildo y de la elite de los “próceres” de BsAs (¿no importa que Moreno haya sido envenenado por sus enemigos de la Junta?) es mostrar las luchas en toda Nuestra América y remarcar, por ejemplo en Entre Ríos, los heroicos triunfos de Bartolomé Zapata y sus milicias gauchas contra los españoles en Gualeguay, Gualeguaychú y el Arroyo de la China (Concepción del Uruguay). Destacamos aquí un trabajo hermoso hecho en una escuela entrerriana en esta Semana de Mayo del Bicentenario: una alumna trabajó creadoramente en la realización de dos láminas gigantes; en una hay un cabildo y una pareja de criollos ricos apoyando su mano sobre las banderas de España y de Gran Bretaña. En la otra imagen, hay un mapa de Sudamérica donde se ven un indio, un gaucho, una negra y un soldado cada uno con las armas en la mano, de pié peleando por la liberación.

Ese es nuestro desafío histórico, político, comunicativo y educativo: superar la ideología oficial mitrista -en todas sus variantes- de la “Patria Argentina que empezó en el Cabildo de BsAs” y volver a darle las armas a los negros, a los pobres y a los pueblos de Nuestra América -Artigas lo hizo, para fundar el proyecto federalista revolucionario-, que son los que dieron todo para derrotar al enemigo y que, a pesar de ello, no dejaron de ser -hasta hoy- los condenados de la tierra y de la historia.



Sólo la participación y el protagonismo de los pueblos en las luchas -la autoactividad de las masas y las multitudes populares en acción- logró y logrará la emancipación política y social.

En este sentido -estas son iniciativas muy importantes de disputa del sentido más allá de los dicursos-, la imagen racista tradicional de la “negra mazamorrera”, de los pobres que sólo están para vender comida, debe ser absolutamente superada. Hay que volver a darle las armas a los negros, a los pobres y a los pueblos, y dejar de excluírlos en la práctica teórica historiográfica, política, popular y pedagógica.

Por lo demás, el Estado Argentino unitario instituído -una estructura política concreta de la que mejor ni hablar, con una larga historia de infamias y genocidios- no puede tener el tupé de hablarnos de ninguna revolución.



III- LAS PROVINCIAS UNIDAS, LA PATRIA GRANDE Y LOS DISCURSOS SOBRE LA LIBERTAD:


Superar la ideología unitaria mitrista argentina que tenemos metida hasta los tuétanos, implica discutir qué entendemos por nuestra Patria. Y aquí es imprescindible recordar que la idea de Patria que rodeaba el proceso complejo abierto en 1810 era una noción de dos pliegues de una misma tierra: las Provincias Unidas del Sur y Nuestra América. No existía la Argentina en 1810 ni su Estado “nacional”: eso existió después para oprimir a los pueblos, a los trabajadores, a las clases subalternas, y para ocultar sus historias y devenires profundos.

Los pliegues de la Patria Grande Sudamericana que luchaba colectivamente por su liberación pueden observarse claramente en algunas estrofas del Himno argentino original, de la Marcha Patriótica de 1813 -que es un documento a recuperar, discutir y trabajar-. Allí se canta a la lucha en todas las trincheras populares de las Provincias Unidas, como así también las luchas y los padecimientos de toda Nuestra América.

Cantemos con fuerza “las Provincias Unidas del Sur”, porque así le hacemos honor a la lucha de los pueblos sudamericanos hermanados, y así avivamos las brasas de una memoria que debe ser futuro.

Recuperemos públicamente también ese mapa, que tal vez nos pueda ayudar a superar el corcet de las fronteras y divisiones posteriores instituídas.

Y repasemos y revisemos bien que se entendía por Provincias Unidas, por pueblos libres y por libertad, porque no todos pensaron o piensan lo mismo.

Siempre va a haber 6, 7, 8, mil voces que nos van a hablar de libertad y de derechos, pero que van a seguir jurando fidelidad al imperio. Nosotros necesitamos pasar el cepillo a contrapelo del pasado y del presente para dejar de mentirnos y dejar de cerrarnos el futuro.

En la dialéctica y las paradojas de la lucha independentista americana, podemos constatar que los pueblos en lucha superaron los discursos de libertad generados por las burguesías criollas y por los liberales morenistas de BsAs. Para los liberales porteños, libertad era liberarse del control español, pero pensando instituir un libre comercio -siempre tan suicida para los pueblos- con sus socios ingleses. La lucha por la libertad colectiva nació -paradójicamente- en la provincia paraguaya en 1811. Los hermanos paraguayos empezaron a darse cuenta que libertad era liberarse de España y del predominio de BsAs también. Por eso enfrentaron y derrotaron a Belgrano -sí, a Belgrano, enviado por BsAs para sojuzgar a los paraguayos-, y por eso enfrentaron y derrotaron a los españoles también. Por eso, más adelante, dieron la lección política del siglo enfrentando a una triple alianza genocida e infame.

Tenemos que rearmar el rompecabezas del proceso revolucionario sudamericano.

Artigas -iniciando su campaña revolucionaria en ese momento- advirtió claramente el ejemplo del pueblo paraguayo, y en él se inspiró -como se inspiró estudiando sobre la soberanía popular y sobre el federalismo, pero siempre incluyendo y creando en base a nuestra multiculturalidad originaria y subalterna- para proyectar su federación revolucionaria de pueblos y culturas libres.

Cuando el Capitán Laguardia, enviado paraguayo al Ayuí, a las tierras entrerrianas de Concordia donde acampaban los orientales en su éxodo confederal- habló con Artigas de la política necesaria para lograr la independencia verdadera, se convenció de que “el General Artigas es un paraguayo en su sistema y su pensamiento”. Así lo escribió a su gobierno en Asunción.

Así lo vió claramente Alberdi -siempre tan inteligente, pero tan conservador- años después en su obra “Grandes y pequeños hombres del Plata”: la libertad real para las provincias era liberarse de España, pero de la influencia de BsAs también.

Provincias y Autonomías en aquella época se escribían con mayúsculas, y es necesario quizás que revisemos nuestra ortografía histórica y política. El concepto y la consigna que elabora el artiguismo es la defensa de la soberanía particular de los pueblos, de los pueblos libres confederados. La noción política y jurídica de soberanía particular y de pueblo libre es extraordinaramente positiva, novedosa, constructiva y democrática. Cada Provincia de la Liga Federal revolucionaria, de la Liga de los Pueblos Libres, era un pequeño país -no sólo los orientales son un paisito- independiente y solidario con los demás. Era la autodeterminación solidaria de los pueblos frente a la presión y el ataque del imperialismo y del centralismo, dos caras de la misma moneda. Un pueblo libre no es cualquier pueblo: la intuición artiguista es extraordinaria.


IV- 200 AÑOS DE (IN)DEPENDENCIA: LOS PUEBLOS LIBRES Y LA EMANCIPACIÓN SOCIAL, AYER Y HOY


Es necesario, más que nunca, sacarnos los lentes ideológicos del unitarismo estatal e ideológico instituído, de la matriz ideológica alberdina-urquicista-mitrista (la matriz política de la combinación y de la alianza elitista feudo-federal-unitaria constitucional de 1853 que se concretó lamentablemente en Pavón en 1861) y volver a las raíces de nuestra genealogía histórica. Necesitamos liberar el pasado para liberar el futuro.

Pensemos en la lucha de los pueblos y las culturas de Nuestra América y del Mundo de hoy: el pueblo mapuche, o el pueblo charrúa, por ejemplo, dicen claramente que no reducen su historia a 200 años de política instituída. La militancia popular vasca -pensando otro ejemplo del otro lado del Atlántico- no mira a la historia, a su lucha y a su futuro con los lentes ideológicos de Francisco Franco ni de la España instituída centralizada en Madrid, y no por eso deja de tener relaciones fluídas y solidarias con los demás pueblos de España, de la “Unión” Europea y del mundo (al contrario quiere liberar y profundizar sin condicionamientos esas relaciones). Lo mismo para la lucha de los trabajadores y los pueblos de Catalunya y Galicia, como de tantos otros pueblos en el mundo. Como del pueblo escocés, que quiere independizarse de Londres; como del pueblo kurdo y del pueblo palestino, como de muchos otros. Como dice Karlo Raveli, unos 200 Estados capitalistas oprimen hoy todavía a más de 5.000 naciones, pueblos y culturas en todo el planeta.

Los trabajadores entrerrianos y el pueblo entrerriano, como los demás trabajadores y pueblos de Nuestra América y de un Mundo en crisis estructural, necesitamos mirar distinto la historia y el futuro, para encontrar nuevos caminos de lucha y emancipación política y social.

Necesitamos todos releer nuestra historia profunda -hay más espíritu revolucionario en la cultura charrúa originaria que en el cabildo de BsAs- y analizar las distintas ideas y luchas aportadas por las perspectivas dialécticas, autónomas, originarias, subalternas, libertarias, independentistas y federalistas. Necesitamos estudiar mucho, pensar y crear para avanzar y transformar. Necesitamos salir como sea de los callejones políticos sin salida. En Nuestra América-Abya Yala y en el mundo hay experiencias y luchas muy enriquecedoras y motivadoras para discutir: los debates sobre el Estatuto de Autonomía Catalán y el Estatuto Autónomo Vasco, las discusiones políticas sobre lo que fue el Plan Ibarretxe en Euskadi, el reférendum independista proyectado en Escocia, el referéndum en Islandia contra la deuda externa, la plurinacionalidad comunitaria y la ética política del buen vivir co-instituyentes en el extraordinario proceso abierto boliviano. La autonomía zapatista y las confederaciones de pueblos originarios: las soberanías particulares y el federalismo libertario nacieron con la tierra en Nuestra América. Y por supuesto que no podemos obviar la cultura revolucionaria cubana ni los consejos comunales y las empresas de producción social bolivarianas, entre tantas experiencias extraordinarias, como la de los Sin Tierra de Brasil y la Vía Campesina Internacional.

Otra experiencia histórica interesante es la de la Confederación Suiza, sus cantones y provincias y las relaciones libres de éstos con la Unión Europea. Los cantones suizos tiene el derecho soberano particular de establecer relaciones con los pueblos de Europa más allá de las fronteras políticas instituídas, auque sin desconocerlas en ningún momento.

Son experiencias estimulantes para pensar un futuro distinto para Entre Ríos, para los pueblos, para Argentina y para una UNASUR distinta, como así también a una necesaria democracia real global.

La crítica dialéctica, libertaria y espartaquista, como así también la teoría postcolonial y postoccidental, y los estudios de la subalternidad, todavía tienen mucho para ayudarnos para tratar de transformar la realidad, sin olvidarnos de la que propia dialéctica y el pensamiento libertario deben ser también liberados de su eurocentrismo y de su positivismo históricos. Repasemos las palabras de Marx y Engels sobre la Comuna de París, como también recordemos que Lenin condujo la revolución rusa con la consigna libertaria de “todo el poder a los soviets”, a las asambleas populares, y que lo que los bolcheviques instituyeron -más allá de todo lo que querramos discutir- fue una Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas en plural. Para los que gustan de Gramsci, recordemos que el gran revolucionario de los Cuaderni del Carcere proyectó, en “La Cuestión Meridional”, una república federal de obreros y campesinos.

Ni que hablar lo que tienen para aportarnos los Proudhon y los Bakunin para repensar el concepto federativo libertario desde un punto de vista político y económico. Es imprescindibles pensar las tres esferas federativas articuladas y atravesadas: argentina (pero tachando la Argentina unitaria instituída), sudamericana y global, para imaginar y luchar por un mundo distinto.

Es urgente mirar distinto para pelear mejor: la falta de unidad y de coordinación de los que luchan, como así también la falta de ideas claras y de compromisos profundos de todos, nos van a seguir generando divisiones que dispersan las fuerzas y potencias co-instituyentes. Así pasó en el pasado: así les pasó a los sudamericanos antes, durante y después de Ayacucho en 1824.

Necesitamos volver a soñar la utopía concreta de las soberanías particulares confederadas en una Patria Grande para Todos y en una federación mundial de pueblos y culturas libres, absolutamente democrática, antiimperialista, anticapitalista y anticolonialista.

¿Qué patria puede festejar algo asegurando la libertad y la estabilidad de “los mercados” en base al hambre, la pobreza y las necesidades de su pueblo?

Necesitamos levantar la cabeza para hacer un mundo mejor, antes de que sea tarde.

Necesitamos forjar entre todos un buen vivir biodiverso regional, continental y global.


Mauricio Castaldo

María Grande, Entre Ríos, 21/5/2010

mauriciocastaldo@gmail.com

actividadentrerios.blogspot.com

viernes, 16 de abril de 2010

19 de Abril - Andresito vive en las luchas - La Bandera Federal de Andresito



La bandera El guaraní era la lengua más usual en la Liga Federal. Aún los paisanos, muchos afroamericanos prófugos y otros pueblos originarios cuya lengua madre no era el guaraní lo usaban para el intercambio.

Ahora bien: en la lengua guaraní originaria (el avañe’é, no el joparâ mestizo) verde y azul eran lo mismo, eran la Naturaleza “de abajo” (hoy diríamos verde) y “de arriba” (hoy diríamos azul). Verde y azul por lo tanto no eran colores: eran el modo de ser del todo, el hovy.

Cuando Artigas crea su bandera federal toma como base la bandera de Belgrano: azul, blanca y azul en franjas horizontales, pues no había diferencia posible entre celeste y azul por la mala calidad de las telas. Mantener la bandera de Belgrano demuestra su inquebrantable decisión de integrar la Patria Grande, pero Artigas pone finos listones colorados horizontales adentro de cada franja azul como referencia a la sangre indígena que debe incorporarse.



En el segundo diseño (el más popular) preserva la estructura de base azul-blanco-azul pero allí el rojo es una diagonal descendiente, es el llamado al pájaro churrinche (guyrapytâ) que simboliza el libre corazón charrúa, y a quien se convoca para que vuelva a la tierra, porque para los Pueblos Libres no hay Patria Grande si se excluye a los pueblos originarios.

Cielo arriba y tierra abajo, esta bandera es una actualización y un renovado compromiso revolucionario. La bandera de Belgrano fue enriquecida en su momento por el rojo indígena e insurrecto y , ahora se enriquece con el verde porque no hay revolución sin lucha por la tierra, sin lucha por recuperar las verdes praderas hoy extranjerizadas y degradadas por Tabaré y sus socios.

Gonzalo Abella

lunes, 5 de abril de 2010

Había una vez un Hipopótamo y un caballo de Troya - APUNTES EN RELACION CON LA NUEVA ADMINISTRACION FRENTEAMPLISTA

...Desde nuestra definición revolucionaria indo-afro-americana llamamos al Uruguay “pequeña comarca”, dado que, para nosotros, “este país”, sólo expresa una realidad particular en algunos de sus aspectos ya que, desde su origen y a lo largo de la historia, ha pertenecido y ha estado vinculado a una raíz mayor y a un contexto indisoluble; a este aspecto marco le llamaremos (le hemos llamado) Comarca. Por tanto entendemos que la “pequeña comarca” es el Estado nación uruguayo y la Comarca es la geografía vinculante desde la revolución artiguista hasta nuestros días; o sea: la región inmediata prefigurada en la génesis de las provincias Unidas y la Liga Federal...


La estrategia y la táctica revolucionaria

      “En el marco de coyuntura que atraviesa el continente y en relación dialéctica con la necesaria estrategia, visualizamos algunas cuestiones de importancia a atender en lo inmediato y analizamos el “cómo” desarrollar dicha acción en dicho terreno.

      Si asumimos que la estrategia consiste en desarrollar una serie de herramientas sociales-políticas para imbricar todas las formas de lucha de manera dialéctica hacia un objetivo final asumimos que: en este sentido no debemos hablar de “tácticas lineales” ni de “tácticas sinuosas” o de otras variantes de dudoso rigor a la luz del análisis de clase. En el desarrollo de los procesos, las contradicciones deben resolverse a partir de la lucha de contrarios en un sentido de superación.

      Cada coyuntura específica particular deberá analizarse desde un posicionamiento de clase y en función de los intereses del proceso revolucionario; los factores que se visualicen como “polos” de la contradicción serán objeto táctico de la acción popular continental; dicha acción deberá lograr superar dialécticamente, en un sentido ascendente, las condiciones actuales en favor del proceso revolucionario.

      Desde esta concepción puede sí, en determinados momentos del proceso, hablarse de repliegues tácticos (táctica defensiva) o de avances tácticos (ofensiva táctica). Estas opciones deberán considerarse a partir de una justa valoración de la correlación de fuerzas en cada momento y lugar, mas, en esencia la táctica debe estar en función de aportar al desarrollo de la estrategia desde el plano histórico concreto particular en cada caso. Podrá, al mismo tiempo, en algún frente de lucha operarse con una ofensiva táctica y en otro frente a partir de una táctica defensiva. Lo fundamental, para acertar a la hora de decidir qué táctica desarrollar, es una justa valoración de las fuerzas en pugna sobre el terreno específico (análisis concreto de la situación concreta).

      No hay entonces una “receta” táctica y por ende, toda decisión de este nivel, debe ser tomada con cierta autonomía por las fuerzas del campo popular que estén en el terreno de operaciones en condiciones de incidir en los procesos; estas decisiones (de carácter esencialmente político) deben visualizarse en función del conjunto y no de la parte. La táctica es un “arte” de particular importancia y desde ésta se logrará desarrollar, de manera superadora, cada momento en función de la estrategia en la medida de los aciertos, o se operará en desmedro del conjunto desde el punto de vista estratégico cuando los errores tácticos incidan negativamente.

      Nos atrevemos a afirmar entonces que sin teoría revolucionaria no habrá práctica revolucionaria; que la estrategia revolucionaria signará el proceso pero que sin aciertos tácticos articulados la estrategia es una ilusión. La praxis revolucionaria desde el método dialéctico se articula a partir de la afirmación, la negación y la negación de la negación. La síntesis creadora y conciente es la base del método. La estrategia es continental y la táctica debe ser autónoma aunque no aislada de una justa valoración sistémica.” [1]

Hace un mes que ha asumido el nuevo Ejecutivo de esta administración; podemos (debemos), desde el espacio de intención revolucionaria, tener nuestras propias caracterizaciones del mismo; podemos, de igual modo, especular y proyectar previsiones en relación con la gestión futura. Asimismo podemos elaborar toda suerte de aproximaciones en relación a las esperanzas y expectativas de quienes le han, desde su base electoral, encomendado la administración para los próximos cinco años. Lo que no debemos hacer, desde nuestra posición, es confundir deseos con realidades ni creer que los procesos contradictorios de la fuerza política Frente Amplio y la interna del gobierno en su relación con esa base electoral y los poderes fácticos pueden superar lo que requiere de otras cuestiones.

Este gobierno que se ha instalado es diferente al que se desarrolló desde la administración Vázquez; afirmar que es más de lo mismo, que es “peor de lo mismo”, creer que no hay diferencias o no ser capaces de analizar si existen es, a no dudarlo, una posición riesgosa, políticamente torpe y para nada dialéctica.

Debe, desde posiciones revolucionarias, hilarse muy finamente en las caracterizaciones; debe hilarse muy fino en la capacidad de visualizar matices; debe, asimismo, comprenderse que este momento es producto de un desarrollo y que ese desarrollo arranca, al menos, en el Batallón Florida en el año 1972. Cabe, de igual manera, partir de la base de que este gobierno está “hegemonizado” por el aparato del MLN-MPP y que a la cabeza del mismo se encuentran dirigentes “históricos” que, lejos de impulsar en los sesenta y setenta planteos anclados en la convicción de que la lucha de clases es el motor de la historia, desde su génesis, pretendieron un proyecto nacional en contraposición con la necesidad de una revolución americana en el marco de la estrategia guevarista, y eligieron una estrategia policlasista -cuando no pequeño burguesa- de alianzas efímeras, en pos de “una Patria para Todos” en contraposición con la necesaria adopción de un posicionamiento de clase definido. A esta debilidad genética, a la ecléctica construcción de una organización amorfa y sin una doctrina clara le impregnaron una metodología confrontativa y un marketing político atrayentes, y de “moda” entonces, que permitió propalar en el Uruguay, en el continente y en el mundo una imagen idealizada y deformada de una seudo guerrilla que llegó a considerarse la más importante de América Latina y que, sin embargo, no superó nunca el plano propagandístico, nunca llegó a desarrollarse en el plano militar como un ejército popular o un verdadero contrapoder y adoleció –además- de jamás lograr (o intentar) convertirse en una organización coherente desde el plano doctrinario, político y metodológico. Sobre esos falsos paradigmas se sostuvo el mito MLN-T a través de tres décadas; sobre estos y otros falsos paradigmas se sostiene este gobierno y el apoyo de masas que, compréndase, anótese y considérese, este gobierno posee; nos agrade o no.

Pese a las afirmaciones precedentes, en relación con el MLN-T histórico y su accionar en los sesenta y setenta cabe, no obstante, precisar alguna cuestión complementaria; si bien hemos señalado críticamente algunos aspectos fundamentales que permiten visualizar cierta “continuidad” entre su visión inicial y la actual, es imprescindible remarcar, positivamente, algunas cuestiones: la línea confrontativa de su accionar y la arriesgada acción y consecuencia revolucionaria de cientos de sus integrantes es innegable y debe ser reconocida pese a las falencias originarias señaladas; debe, asimismo, analizarse por qué prevaleció entonces, al menos desde el año 72 y posteriormente a la salida de la dictadura, una corriente negociadora, conciliadora y sistémica. Afirmamos esta tesis en el sentido de que la dialéctica de esta organización, en relación con su accionar, se sustenta en lo ya planteado; más allá de intenciones y metodologías y de la honestidad y convicción revolucionaria de muchos de sus militantes, no podía darse otro desarrollo que el que sucedió, producto, refirmamos, de al menos tres factores ya señalados; a saber: predominancia de extracción pequeño burguesa; amorfía doctrinaria y organizacional; privilegio del método por sobre la ductilidad táctica y menosprecio del accionar del frente de masas en beneficio del “aparato”.

Antesala para un contexto inmediato

Hace décadas que, para cierta izquierda, el enemigo visible y denunciable es exclusivamente el imperio, esto propiciado por ciertas elucubraciones amparadas en los proyectos de liberación nacional y en las alianzas políticas con supuestas burguesías nacionales; hace casi cuarenta años que casi nadie denuncia a las roscas oligárquicas y a la burguesía que domina los resortes económicos, políticos, superestructurales. Así como torpe es no comprender los matices y la interrelación que existe en los diferentes procesos en cada comarca americana, es extremadamente peligroso no comprender que, en esencia, la cuestión del poder es la que debe analizarse y plantearse en esta hora donde el sistema capitalista se encuentra en un estadio de desarrollo cualitativamente diferente, incluso, al que Lenin analizara en “Imperialismo, fase superior del capitalismo”. El primer aspecto a analizar (cosa que no haremos aquí ya que este aspecto, por sí sólo, demandaría cientos de páginas) es que la tendencia del desarrollo del proceso hace suponer que, de prevalecer el capitalismo como sistema a escala global, en pocas décadas no habrá ni escala ni globo; colapsará el planeta. El segundo aspecto a analizar es que el sistema no colapsará, porque es la arquitectura económica, social y superestructural que la clase dominante -a escala mundial- ha edificado en siglos para que sus intereses privilegiados sean intocados. Esta clase es la burguesía, más allá de especificidades y vínculos económicos y de poder; esta clase no se suicida como tal ni se redime en función de intereses “comunes” a escala planetaria. Esta clase es capaz de destruir el planeta, en términos literales, con tal de mantener sus privilegios aunque sea cincuenta o cien años más. Esta clase (algunos de sus sectores) ha devenido en rosca oligárquica a nivel mundial y reposa sus asentaderas en un complejo industrial-militar-financiero que articula los conflictos interimperialistas (es decir interburgueses) en una suerte de gran tablero de ajedrez donde los peones son los pueblos, y las demás piezas componen una partida donde el rey se resguarda pese a todo. El rey es el sistema capitalista a escala planetaria. Los alfiles pueden cambiar de bando, se puede perder un caballo, entregar una torre pero nada más.


Del documento de “Estrategia y Táctica” del MPP

    “El gobierno, para nosotros, puede y tiene que ser parte de esa construcción de poder nacional. Pero sin perder de vista que la construcción del socialismo, además del poder, requiere del suficiente desarrollo de las fuerzas productivas y de la socialización de estas ahí donde se han desarrollado... Es decir, que el desarrollo o socialización de las fuerzas productivas forma parte del poder necesario para construir el socialismo.”

    “La consigna estratégica debe ser: LLEGAMOS PARA QUEDARNOS PORQUE DEBEMOS CRECER PARA CREAR PODER NACIONAL.”

    “Ese propósito estratégico es irrenunciable, legal y legítimo: están las condiciones dadas para seguir creciendo en la forja de un vasto y mayoritario movimiento político y social que exprese la unidad y la estrategia de las fuerzas nacionales. Ellas tienen pleno derecho e ineludible obligación de tomar en sus manos no sólo los resortes del Gobierno sino los del Poder para que entonces las palabras “liberación”, “nacional” y “soberanía” no sean más que palabras.” [2]

    En respuesta a algunos párrafos de este Documento

    “Existimos, y lo asumimos con calma, organizaciones de izquierda revolucionaria, marxista, radical, que no contamos con apoyo de masas; es hoy, a no dudarlo, un hecho. Se afirma que actuamos al margen de ellas y sin su apoyo; decimos: pero actuamos para nada ajenas a los intereses de clase de esas masas, más allá de su (todavía) escasa comprensión. Existen también, sin embargo, organizaciones que se autoproclaman de “izquierda”, que reciben el apoyo de masas pero que no salvaguardan a la clase explotada y expropiada e, incluso, actúan contra sus legítimos intereses asumiendo la defensa irrestricta del imperio, el capital financiero, la oligarquía y la burguesía; es, a no dudarlo, otro hecho.


    Es cierto que en la coyuntura actual, quienes reivindicamos posturas radicales, de principios de izquierda, desde posiciones de clase y visualizando las contradicciones fundamentales y principales, no logramos aún movilizar masas; una de las causas, entre otras, es la confusión que han sembrado organizaciones otrora “revolucionarias” y ex principistas en esas grandes masas. Al igual que en las décadas previas a los sesenta, esas organizaciones de la izquierda marxista y revolucionaria, pese a su justa prédica, no lograban convencer masas y éstas eran dirigidas por los partidos de la burguesía, hoy, quienes no hemos claudicado y reconocemos en la base material y las relaciones de producción la causa primera de la injusticia (o sea la “raíz”) todavía no logramos “oídos” en sectores del pueblo objetivamente explotados, marginados, engañados e hipnotizados por el tinglado “progresista-emepepista”.
    Esta carencia debemos corregirla y atenderla autocríticamente pero sin renunciamientos y sin rendiciones.” [3]



Nuestra “pequeña” comarca

          “De una comarca de la América española

          a otra comarca varían las cosas, varía el paisaje;

          pero no varía el hombre. Y el sujeto de la historia es, ante todo, el hombre. La economía, la política,

          la religión, son formas de la realidad humana.

          Su historia es, en su esencia, la historia del hombre.”

        José Carlos Mariátegui

        La unidad de la América indo-española

Sería interesante abordar el análisis en relación a lo que puede esperarse de la nueva administración, a la luz de lo que ha dejado en pie la saliente y relacionado esto con la conformación de la coalición Frente Amplio y sus principales fuerzas y actores; obviamente, este análisis debe partir de la cuestión económica, de los factores sociales y, en último término, de lo superestructural. Vemos con preocupación que, tanto desde posiciones críticas como desde posiciones proclives al gobierno, el hincapié se realiza de manera inversa, privilegiando en estos análisis una postura ideologizada y, por tanto, cargada de subjetivismos y análisis forzados.

El Uruguay es una sociedad dividida en clases, enmarcado en una estructura económico-social capitalista y dependiente; esta afirmación difícilmente sea discutible.


      1. Desde nuestra definición revolucionaria indo-afro-americana llamamos al Uruguay “pequeña comarca”, dado que, para nosotros, “este país”, sólo expresa una realidad particular en algunos de sus aspectos ya que, desde su origen y a lo largo de la historia, ha pertenecido y ha estado vinculado a una raíz mayor y a un contexto indisoluble; a este aspecto marco le llamaremos (le hemos llamado) Comarca. Por tanto entendemos que la “pequeña comarca” es el Estado nación uruguayo y la Comarca es la geografía vinculante desde la revolución artiguista hasta nuestros días; o sea: la región inmediata prefigurada en la génesis de las provincias Unidas y la Liga Federal.

      1. En la actualidad, y desde hace al menos una década, algunos aspectos estructurales se han visto modificados dramáticamente. Estos aspectos no han hecho más que afianzar y profundizar al Uruguay como un país inserto en el área de lo que denominamos países “capitalistas y dependientes”.

      1. El Uruguay ha pasado, en vinculación con la tierra y su modelo de explotación, a ser radicalmente distinto a lo que fue hasta finales de los ochenta; en tal sentido, de ser un país agropecuario, sustentado (y sumido) en el latifundio y en la producción extensiva en manos de unas pocas familias de la oligarquía, ha devenido en un modelo forestal y de monocultivo en manos de sociedades anónimas y, por tanto, en manos de empresas extranjeras con apoyatura en algunos estratos de la burguesía vinculada a las finanzas, las cuales, obviamente, se emparentan también con aquellas familias de la vieja “rosca”. Esta nueva realidad es definitoria aunque no implica un único rasgo a considerar. De igual manera existen otras situaciones a tener en cuenta en este marco y visualizamos, asimismo, algunos esbozos de típica producción capitalista aún en el campo; de todos modos, creemos que, el rasgo fundamental a considerar en torno a la tierra y, en consecuencia, en relación con los recursos naturales, es que se han entregado a manos extranjeras en una dimensión asombrosa que pone en cuestión nuestra propia existencia como Estado-nación.

      1. La producción agropecuaria típica se sigue estructurando, fundamentalmente, en torno a un modelo exportador de “commodities” (materia prima bruta con escasa o nula manufactura posterior). Las producciones familiares y/o cooperativas (las más de las veces artesanales) son, casi exclusivamente, formas de sustentación parciales y sujetas al manejo imprevisible del mercado interno, además deformado por la especulación y la gravitación negativa de las importaciones que afectan, de manera tremenda, la posibilidad de hacer sustentables estos proyectos.

      1. En vinculación con la industria es, a todas luces, escasísima o nula la existencia de producción de importancia en el sentido de favorecer posibilidades de incidir en la generación de divisas significativas a partir de la exportación de productos manufacturados. Prácticamente en ninguna rama de la producción existen, como sí en otras décadas, fábricas de porte y, por ende, son casi ausentes las concentraciones de obreros y trabajadores en la producción sistematizada y encadenada a una forma clásica.

      1. Quizá sólo en el terreno de la informática (y algunas áreas vinculadas y afines) puede verse un proceso de signo contrario; este aspecto, si bien puede ser de importancia en un terreno de desarrollo estratégico futuro, escasa o nula incidencia tiene hoy para los trabajadores en su conjunto y, de este espacio productivo, no surgirá ninguna posibilidad de desarrollo de contradicciones antisistémicas en el corto plazo.

      1. Podemos ver, con claridad, que sólo se ha desarrollado el área vinculada con los servicios y el comercio. Esta realidad hace de nuestra economía, ya deformada hace décadas, una suerte de eslabón muerto en la cadena de relaciones sociales de producción.

      1. Existe, por todo esto, una casi nula existencia de un “campesinado” clásico y, por cierto, es relativamente escasa (aunque creciente) la presencia de un conglomerado importante de trabajadores rurales asalariados. De igual manera podemos definir que: a la casi ausente clase obrera en sí, se le suma el preocupante ingrediente de la inexistencia de una clase para sí.

      1. En las tres últimas décadas se ha modificado y agravado un componente esencial de nuestra realidad social; este es la marginación a que se ha llevado a miles de niños, mujeres y hombres. Esta marginación que lleva años y ha superado ya las dos generaciones de individuos es un componente estructural imposible de no contemplar. Esta marginación no sólo es consecuencia directa de la acción del sistema sino que es funcional al mismo en la medida que no sea objeto de una acción precisa, eficaz e inteligente. Esta marginación es, además, marginalidad que no sólo es concreta sino, muchas veces, operativa.

      1. En el plano de la cultura, en todos sus aspectos, preocupa y alarma el descaecimiento que se sostiene y se profundiza hace tres décadas; es preocupante el seguidismo de la Universidad a la ideología dominante y la creciente incidencia del área privada en este aspecto (elemento coadyuvante aunque no exclusivo); la intelectualidad, antes importante, pujante y presente en todos los debates que cruzaban el entramado social, muestra y demuestra la derrota ideológica sufrida en los ochenta y noventa por el campo popular. Los sindicatos y las organizaciones de masas, en lo social, presentan una creciente carencia operativa de carácter contestatario y se adecuan, amoldan y adormilan en el escasísimo marco que permite la acotadísima posibilidad de lucha económica y reivindicativa.

      1. Las organizaciones políticas se encuentran inmersas y sumidas en la mediocre e inviable superación de fenómenos superestructurales y nada hacen en la dirección de analizar, proponer y modificar cuestiones vinculadas con la estructura económica y las relaciones que de ella se derivan.

      1. Es en este marco que nos movemos y este marco incorpora, como correlato superestructural, cultural e ideológico, la comprobación de que nos encontramos en la más difícil coyuntura conocida, para impulsar ideas y prácticas revolucionarias, vivida en décadas. Es difícil recordar una etapa en nuestra historia donde la orfandad doctrinaria se expresara con tanta crudeza como en nuestros días.



El actual gobierno y las perspectivas inmediatas

El actual gobierno del Frente Amplio ha sido definido y se lo continúa caracterizando (aún por fuerzas de intención revolucionaria y afines) unas veces como socialdemócrata, otras como social liberal, otras como neoliberal, otras como pro imperialista; estas caracterizaciones adolecen (en rigor conceptual e histórico) de varios aspectos. Nos atrevemos a afirmar (e intentaremos demostrar, con brevedad) que el Frente Amplio, en tanto gobierno, tiene particularidades específicas que exigen un análisis adecuado y, por ende, el trabajo de propaganda, agitación y concientización que deberemos desarrollar debe hilar fino en cuestiones importantes, como son, las caracterizaciones desde lo económico, lo social y lo político.

El gobierno presidido por Mujica y dirigido por el “aparato” del MLN-MPP es, claramente, una administración proclive al desarrollo de relaciones de producción capitalistas; no podría ser otra cosa. Ahora bien: a diferencia de la administración Vázquez, ésta, pretenderá que ese desarrollo oscile, pendularmente, entre cierta autonomía de gestión, limitada por los compromisos macroeconómicos con los organismos internacionales de crédito, y la ilusoria generación de cierto sesgo nacionalista en la estructuración de proyectos que, por una parte, permitan desplegar cierta potencialidad de una burguesía no tan vinculada a los intereses imperialistas y que, por otra y en unión a lo anterior, genere un acuerdo o connivencia con sectores de trabajadores que, lejos de un posicionamiento de clase para sí, vean como proyecto a seguir el de desplegar las fuerzas productivas en un marco de proyecto “nacional” de donde poder obtener ciertas mejoras, coyunturales, en el plano económico y de relaciones laborales. Esta demagógica e imposible propuesta es la nueva versión -remasterizada y devaluada- de “patria para todos”. Esta “post-pruesta” (de algún modo debemos llamarle) habría sido imposible de ser ofertada a los trabajadores y al pueblo treinta o veinte años atrás; hoy es, sin embargo, el proyecto más adecuado para el estado de amorfía doctrinaria y confusión ideológica que campea en esta sociedad derruida en los escombros sesentistas, arrasada por el fascismo de los setenta, hipotecada por los pactos de los ochenta, huérfana en la debacle doctrinaria de los noventa y atormentada por el cantinflesco discurso esquizofrénico de esta década que ha perfilado a Mujica como un ícono de la estupidez social; debemos aclarar y dejar asentado que en dicha estupidez social nos encontramos todos, incluidos quienes nos proclamamos de intención revolucionaria y permitimos (o no supimos o pudimos evitar), en las mencionadas décadas, el desarrollo creciente de estas tendencias destructivas del pensamiento clasista y revolucionario.


La “patria para todos” de Mujica, el MLN y el Frente Amplio

Refundar la nación, desarrollar un capitalismo humano, generar poder nacional son, además de consignas, las herramientas “conceptuales” con las que este gobierno y la fuerza política dirigente pretende motivar y movilizar a diferentes actores sociales.

A contrapelo de esa base estructural y la realidad social reseñadas someramente líneas antes, pero desde el posicionamiento político asumido y también criticado en párrafos anteriores, Mujica, el MLN-MPP, el gobierno y el Frente Amplio apelan, desde un discurso meramente ideologizado, (por tanto falaz y abstracto) a lograr acuerdos con todos. A los capitales transnacionales se les asegura, desde el pragmatismo macroeconómico, una plaza eficiente y con reglas de juego claras; a la burguesía se la llama a invertir en un Uruguay productivo y se le promete estabilidad y rentabilidad; a los trabajadores se les augura mejoras del salario, respeto de los derechos laborales y se les asegura equidad y justicia social; a los desocupados se les plantea asistencia y reinserción en el campo del trabajo; a los desposeídos y marginados se les asegura atención, apoyo, planes paliativos; a la Universidad se la llama a pensar un país moderno e inserto en un mundo tecnológico; a las fuerzas armadas se les plantea mirar hacia el futuro y vincularse a la sociedad civil; a la policía se le promete una mayor profesionalización y mejores ingresos a su personal; a la iglesia se le abren las puertas de la participación en tareas comunes para un Uruguay para todos y así ad infinitum. ¿Alguien cree que todo esto es posible aun en el caso de que fuera cierto?

Esto es demagogia populista y de esta definición surgen algunas cuestiones preocupantes; es tal la falta de coherencia en los planteos, tan desmesurada la oferta, tan imposible su concreción que, más temprano o más tarde, este gobierno verá que comenzarán a generarse conflictos de intereses, quizá no de clases pero al menos sí corporativos y aquí comenzará un nuevo problema. La ausencia de posicionamiento de clase de Mujica, sumado a su capacidad de decir siempre lo que sus interlocutores quieren escuchar, más su deseo de trascendencia (a todas luces evidente) lo llevará a una descolocación cada vez mayor; de aquí a no asumir responsabilidades propias y caer en un autoritarismo disimulado por el efectismo y la practicidad habrá un solo paso. Quizá en el vacío.


Nuestra tarea en la hora actual

Para quienes nos posicionamos en el campo de intención revolucionaria cabe comprender al menos algo; repetimos unas líneas ya escritas en este mismo trabajo: “Es en este marco que nos movemos y este marco incorpora, como correlato superestructural, cultural e ideológico, la comprobación de que nos encontramos en la más difícil coyuntura conocida, para impulsar ideas y prácticas revolucionarias, vivida en décadas. Es difícil recordar una etapa en nuestra historia donde la orfandad doctrinaria se expresara con tanta crudeza como en nuestros días.”

No obstante esto, nuestra tarea es impulsar la necesidad y la vigencia de una sociedad sin explotados ni explotadores, la validez de la premisa de que la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases, la generación de conciencia para sí en los sectores objetivamente explotados y expoliados por el sistema y la construcción de organización política revolucionaria.

Estas tareas no se resolverán de la noche a la mañana ni son producto exclusivo de la elaboración teórica, pero requieren urgencia, análisis y creatividad. Requieren de la búsqueda de un horizonte revolucionario y de la estructuración de otra campaña permanente y creciente.

Nuestra tarea es favorecer el proceso revolucionario; esta tarea, enorme y urgente, no puede hacerse (y mucho menos realizarse) de manera improvisada o carente de ciertas herramientas, las cuales deben (necesariamente) ser utilizadas en todo su potencial e inteligentemente.

El camino no es, ni debe ser, cualquier campaña desde nuestra posición, perspectiva o necesidad; debe ser (si queremos que impacte más allá de nosotros mismos) algo diferente, potente y de significaciones diversas.

La forma no puede ser más de lo mismo desde nuestra posición de clase. Nuestra acción debe ser, ante todo, y por sobre todo, una manera distinta de abordar un problema, un auditorio y un escenario.

Esta tarea es un proceso que comenzó antes del momento eleccionario y debe continuar hasta que las organizaciones sociales y políticas clasistas, el campo de intención revolucionaria en que nos movemos y otro espacio mayor, de igual signo, incidan en y accedan a ser unos interlocutores serios para con un sector de la sociedad proclive, objetiva y subjetivamente, a nuestros planteos.

Esto requiere no sólo de trabajo y entrega; requiere rigor y conocimiento de diversas herramientas y medios de agitación y propaganda. Requiere de un abandono radical de la improvisación y de la subestimación de ciertas técnicas que pueden ser verdaderas armas en nuestras manos. Estas armas hace rato que lo son en manos enemigas; subestimarlas es un suicidio político (en el mejor de los casos).


Lo objetivo existe; construyamos lo subjetivo.

(“pesimismo de la inteligencia y optimismo de la voluntad”)

Desde que asumió hace cinco años el gobierno entreguista-frenteamplista (al menos desde ese momento), quienes no hemos claudicado ni renunciado a los postulados revolucionarios nos debatimos entre nuestros “ruidos”, malos entendidos, desinteligencias e incomunicaciones varias (entre nosotros y con la clase y el pueblo); esto no debemos atribuirlo ni al enemigo, ni a la superestructura, que incide claro está. Debemos, desde una posición revolucionaria y autocrítica, atribuirlo a nosotros mismos y a nuestras insuficiencias e incapacidades (por no agregar desconfianzas e intenciones de vanguardismo, liderazgo o trascendencia, lo que sería aún más grave).

Modifiquemos estas insuficiencias desde la asunción de las mismas y comencemos un camino que nos lleve a la imprescindible situación de dejar de hablar un “argot” para nosotros mismos y entre nosotros mismos; dejemos la cancha chica; juguemos en el terreno que debemos jugar con las armas que debemos usar como corresponde.

Usemos los medios, las herramientas y los conocimientos del sistema que, en nuestras manos, y desde posiciones de clase, son formidables. Valenti no es tonto; no lo seamos nosotros. Nadie fassanea como Fassano; desarrollemos nuestros medios impresos, digitales, alternativos; generemos nuestras AM, FM, SW, radio en internet, código morse o “Bemba” a secas, y con una calidad (claridad) y un lenguaje capaz de iluminar oscuridades y decir lo que hay que decir de manera franca, serena, llana y contundente. Confiemos en nosotros mismos y en el pueblo. Somos parte del pueblo; si no confiamos en él es que no confiamos en nuestra capacidad y voluntad.

Nos encontramos en un punto crucial de nuestro trabajo: “hemos roto el aislamiento” y “hemos logrado un círculo de interlocutores” que nos permiten proyectarnos a otro nivel. Expresado esto, volvamos al futuro; esta etapa requerirá, necesariamente, al menos de algunas herramientas ya perfiladas o estructurándose: medios alternativos, encuentros, seminarios, actividades de diverso tenor; tendrá, asimismo, un despliegue de acciones diversas; tendrá, de igual modo, otros aspectos a definir. Todo ello deberá concebirse como un conjunto orgánico donde la parte apoye el todo y donde el todo posibilite cada parte. Un aspecto central de esta “otra campaña” deberá ser la forma, quizá, en esta etapa, la cuestión más importante del contenido.

Hay que hablar y hacer para el conjunto del pueblo; más allá de definir estrategias específicas para sectores específicos (cuestión necesaria y que habrá que atender con especial cuidado). Este pueblo no habla nuestro “argot” ni lo hablará (felizmente). No es el pueblo quien debe esforzarse en entendernos sino nosotros quienes debemos esforzarnos en hablar un lenguaje comprensible por todos. El pueblo no maneja nuestras categorías de análisis ni nuestros conceptos doctrinarios y políticos, por tanto, debemos “adaptar” nuestro lenguaje y decir lo que debemos decir de manera simple, llana, clara; los ejemplos deben servir para evidenciar ideas; el humor es una herramienta formidable que derriba cualquier barrera.

Nuestros planteos deben ser propositivos y nunca deben basarse en la adjetivación, el menoscabo o la falta de respeto; el pueblo se defiende de esta manera de hacer política mirando para otro lado. Queremos y necesitamos que nos mire a nosotros como mira TV, como mira carnaval o fútbol. ¿Por qué no concebir acciones que contemplen estas cuestiones?; si no podemos llegar a la TV llevemos otros medios alternativos a los barrios, a los centros de trabajo y de estudio, a los asentamientos; llevemos música; llevemos teatro, fútbol, alegría, hechos y después palabras: pocas, claras, serias. Y después volvamos a hacer otras cosas, las que quienes nos prestaron oído propongan; y confiemos. Este trabajo es a largo plazo y debemos contar con el pueblo.

El eje de nuestro accionar no es un periodo electoral o de gobierno, el objetivo es empezar a hablar y a hacer lo que hace cuarenta años se dejó de hablar y de hacer. El objetivo es el horizonte revolucionario, el socialismo, el hombre nuevo.





[1] “La estrategia y la táctica revolucionaria”

(tomado de: Apuntes para una teoría de la revolución socialista

    en el Siglo XXI) /puede leerse completo en internet en los sitios Rebelión y La Haine, entre otros. Autor Alejandro García Ruiz.

    [2] "Consideraciones generales sobre estrategia y táctica"

      (presentado por Mujica, Fernández Huidobro y Bonomi al congreso del MPP)

      /Comisión de Estrategia de la Dirección Nacional del MPP, 19 de febrero de 2006.

[3] “En respuesta a documento del MPP”

    (tomado de: Dialéctica de la evasiva) /fue publicado en el semanario 7/7.

    Autor Alejandro García Ruiz.


Alejandro García Ruiz (QUINO)

militante de Compromiso Revolucionario / Banda Oriental

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