La bandera El guaraní era la lengua más usual en la Liga Federal. Aún los paisanos, muchos afroamericanos prófugos y otros pueblos originarios cuya lengua madre no era el guaraní lo usaban para el intercambio.
Ahora bien: en la lengua guaraní originaria (el avañe’é, no el joparâ mestizo) verde y azul eran lo mismo, eran la Naturaleza “de abajo” (hoy diríamos verde) y “de arriba” (hoy diríamos azul). Verde y azul por lo tanto no eran colores: eran el modo de ser del todo, el hovy.
Cuando Artigas crea su bandera federal toma como base la bandera de Belgrano: azul, blanca y azul en franjas horizontales, pues no había diferencia posible entre celeste y azul por la mala calidad de las telas. Mantener la bandera de Belgrano demuestra su inquebrantable decisión de integrar la Patria Grande, pero Artigas pone finos listones colorados horizontales adentro de cada franja azul como referencia a la sangre indígena que debe incorporarse.
En el segundo diseño (el más popular) preserva la estructura de base azul-blanco-azul pero allí el rojo es una diagonal descendiente, es el llamado al pájaro churrinche (guyrapytâ) que simboliza el libre corazón charrúa, y a quien se convoca para que vuelva a la tierra, porque para los Pueblos Libres no hay Patria Grande si se excluye a los pueblos originarios.
Cielo arriba y tierra abajo, esta bandera es una actualización y un renovado compromiso revolucionario. La bandera de Belgrano fue enriquecida en su momento por el rojo indígena e insurrecto y , ahora se enriquece con el verde porque no hay revolución sin lucha por la tierra, sin lucha por recuperar las verdes praderas hoy extranjerizadas y degradadas por Tabaré y sus socios.
Gonzalo Abella
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